domingo, 24 de mayo de 2009

A la que pasa




A LA QUE PASA

La avenida estridente en torno de mi aullaba.
Alta, esbelta, de luto, en pena majestuosa,
pasó aquella muchacha.
Con su mano fastuosa casi apartó las puntas
del velo que llevaba.

Ágil y ennoblecida por su piernas de diosa,
me hizo beber crispado, en un gesto demente,
en sus ojos el cielo y el huracán latente,
el dulzor que fascina y el placer que destroza.
Relámpago en tinieblas, fugitiva belleza,
por tu brusca mirada me siento renacido.
Quizá volveré a verte?. Serás eterno olvido?.
Lejos, jamás, mañana?, pregunto con tristeza.
Nunca estaremos juntos. Ignoro adónde irías.
Sé que te hubiera amado. También tú lo sabias.

Charles Baudelaire (1821-1867)

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